Testimonio de Pedro (nombre ficticio) de la Asociación Alcohólicos Liberados de Jaén y Mágina (ALJAMA)

Estimados amigos, compañeros,
Queréis que os hable de lo que he ganado al dejar el alcohol, pero creo que todos lo
veis día a día.
Lo que no veis y algunos no sabéis es lo que perdí. Perdí el amor de mi familia. Era
incapaz de sentir la cálida sensación de un beso o un abrazo de mis hijas. Perdí el amor y el
respeto de mi mujer, la persona que me ha entregado casi toda una vida. Perdí mi dignidad,
perdí mi hombría, perdí la vergüenza, perdí el honor de mi palabra, perdí el respeto de mis
familiares y amigos, respeto que creé año tras año con esfuerzo y cariño. Por perder, perdí lo
que soy, un hombre, un hombre educado con ciertos valores y que siempre había olvidado en
lo que se había convertido y buscada otra cosa para su vida y su familia.
Me daba pena a mí mismo. No tenía autoestima, ni autoridad, ni capacidad para
decidir sobre mi vida. Era un simple peón en manos de las adicciones. Prisionero siendo libre,
odiado y a veces, hasta maldeado por mi propia sangre.
En el camino perdido durante las frías noches de mi mente en las que solo existía
oscuridad.
Aún no soy nada. Solo llevo unos meses sin beber y aún no asimilo mi realidad. La
verdad es que ahora la oscuridad en mi mente se ha disipado y asoma una luz tenue, pero
cálida. Quizás ésta sea la respuesta que estoy intentando encontrar.
Lo que sí me enorgullece y emociona es la gente que conocía y me está brindando
apoyo y un abrazo de amistad. Son un ejemplo para esta sociedad.
Ahora me paro y pienso, pienso que un solo hombre salvado por esta asociación
[Asociación Alcohólicos Liberados de Jaén y Mágina (ALJAMA)], por esta gran familia, es una
gran victoria para todos. Eso nos da fuerza al resto para el día de mañana ser como vosotros,
altruistas y samaritanos, personas a las que no les importa tender la mano a quienes lo
necesitan sin pedir nada a cambio.
Luchar contra la injusta sociedad que nos ve como deshechos sociales. Vosotros,
amigos, hacéis hombres y mujeres de la nada.
Ya sabéis lo que he ganado: os he ganado a vosotros, a vuestra amistad, a esta gran
familia, pues a mi familia, en realidad, nunca la perdí. Solo olvidé que la tenía.

Deja un comentario