HEROINA

HEROINA

La heroína es una droga altamente adictiva e ilegal en la mayoría de los países del mundo. Pertenece a los opiáceos, de los cuales es el más abusado y el de acción más rápida y se clasifica, al igual que éstos, dentro de las sustancias depresoras del sistema nervioso central. La heroína se prepara a partir de la morfina, sustancia que se encuentra naturalmente en los conductos lactirífaros de la cápsula de la Papaver somniferum o adormidera, desde donde se extrae mediante cortes superficiales por donde supura látex (opio). Generalmente se vende en forma de polvo blanco o marrón, o como una sustancia negra pegajosa conocida en las calles como «goma» o «alquitrán negro».

En 1883, Heinrich Dreser (químico), aisló un opiáceo nuevo gracias a la acetilación del clorhidrato de morfina, obteniendo diacetilmorfina, que es el nombre científico de la heroína. Resulta interesante que en principio se pensó en la heroína como un sustituto de la morfina, la cual producía gran adicción, y por ese motivo se eligió su nombre. En poco tiempo se demostró que la adicción generada por utilizar este compuesto era mucho más intensa en comparación con la morfina.

Algunos opiáceos son naturales (morfina, opio y codeína) y otros son sintéticos, es decir, elaborados en el laboratorio a partir de la amapola (demerol, metadona, etc.).

La heroína es un opiáceo semi – sintético: es producida a partir de la morfina a través de un proceso químico y es aproximadamente 3 veces mas fuerte que ésta.

La heroína puede presentarse en forma de polvo blanco o como una pasta o goma marrón (dependiendo de la procedencia y del proceso de elaboración que haya tenido).

 

Efectos de la heroína

Los efectos a corto plazo del abuso de heroína aparecen poco después de la primera dosis y desaparecen en unas cuantas horas. Después de una inyección de la droga, el usuario dice sentir un brote de euforia («rush») acompañado de un cálido sonrojo de la piel, boca seca y extremidades pesadas. Después de esta euforia inicial, el usuario está «volando» («on the nod»), estado en el que se alterna la vigilia con el adormecimiento y se turban las facultades mentales debido a la depresión del sistema nervioso central.

La heroína provoca los siguientes efectos: sedación, euforia, analgesia, depresión respiratoria (causa principal de la muerte por sobredosis en usuarios de esta sustancia), supresión fulminante de la tos (la publicidad de Bayer en los años 20 destaca este hecho), miosis, náuseas y vómitos, efectos gastrointestinales, cardiovasculares, renales, urinario.

Peligros para la salud

La heroinomanía puede traer graves consecuencias para la salud, entre ellas sobredosis mortal, aborto espontáneo, colapso de las venas, y enfermedades infecciosas, incluso VIH/SIDA y hepatitis.

Los efectos de la heroína a largo plazo aparecen después que la droga se ha estado usando repetidamente por algún período de tiempo. El usuario crónico puede sufrir colapso de las venas, infección del endocardio y de las válvulas del corazón, abscesos, celulitis y enfermedades del hígado. Puede haber complicaciones pulmonares, incluso varios tipos de neumonía, como resultado del mal estado de salud del toxicómano, así como por los efectos depresivos de la heroína sobre la respiración.

Además de los efectos de la misma droga, la heroína que se vende en la calle puede tener aditivos que no se disuelven con facilidad y obstruyen los vasos sanguíneos que van a los pulmones, el hígado, los riñones o el cerebro. Esto puede causar infección o hasta muerte de pequeños grupos de células en estos órganos vitales.

La Red de Alerta sobre Abuso de Drogas (DAWN) de la Administración de Servicios de Abuso de Sustancias y de Salud Mental recopila datos sobre muertes y episodios relacionados con drogas en las salas de urgencia de los hospitales de 21 zonas metropolitanas. Según los informes de 1995, entre las drogas vinculadas con mayor frecuencia a la muerte, la heroína quedó en segundo lugar. De 1990 a 1995 el número de episodios relacionados con la heroína se duplicó, y entre 1994 y 1995, aumentó 19 por ciento.

Tolerancia, toxicomanía y abstinencia

El uso regular de la heroína produce tolerancia a la droga, lo que significa que el toxicómano debe usar mayor cantidad para obtener la misma intensidad o efecto. Este uso de mayores dosis lleva, con el tiempo, a la dependencia física, en la que el cuerpo, al haberse adaptado a la presencia de la droga, puede sufrir síntomas de abstinencia si se reduce o se abandona su uso.

La abstinencia, que en el toxicómano regular puede ocurrir tan pronto como varias horas después de la última administración de heroína, provoca deseo de usar la droga, agitación, dolores en los músculos y en los huesos, insomnio, diarrea y vómitos, escalofríos con piel de gallina («cold turkey»), movimientos en forma de patadas («kicking the habit») y otros síntomas. Entre éstos, los principales alcanzan su punto máximo de 48 horas a 72 horas después de la última dosis y se calman después de una semana más o menos. La abstinencia repentina en los usuarios que dependen mucho de la droga y están en mal estado de salud resulta mortal a veces, aunque se cree que la supresión de heroína es mucho menos peligrosa que la de alcohol y barbituratos.

¿Cómo tratar la adicción a la heroína?

Hay gran variedad de tratamientos para los adictos a la heroína, están la de los medicamentos y la terapia de la conducta. La ciencia nos ha enseñado que combinar medicamentos con terapia de apoyo al paciente hace posible que se deje de usar la heroína y vuelva a una vida más estable y productiva.

Las adicciones a los opiáceos (drogas relativas al opio) son enfermedades del cerebro y trastornos que sí pueden tratarse eficazmente. Los doctores recomiendan firmemente primero mayor acceso a los programas de tratamiento de mantenimiento a base del analgésico llamado metadona para las personas que son adictas a la heroína y otras drogas opiáceas; y segundo la eliminación de leyes federales y estatales, así como de otras barreras, que impiden acceso a estos programas. También se recalcó la importancia de ofrecer orientación sicológica contra el abuso de sustancias, terapéuticas sicosociales y otros servicios para darle respaldo al paciente, que impulsen a la permanencia y el éxito de los programas de tratamiento de mantenimiento a base de metadona.

Metadona

La Metadona, un medicamento opiáceo sintético que obstaculiza los efectos de la heroína durante unas 24 horas, tiene una historia de éxitos probados cuando se receta en concentraciones suficientemente altas para las personas adictas a la heroína. El LAAM, que también es un fármaco opiáceo sintético para tratar la heroinomanía, puede impedir los efectos de la heroína hasta 72 horas. Otros productos aprobados son la naloxona, que se utiliza para tratar los casos de dosis excesivas, y la naltrexona, que obstruyen los efectos de la morfina, la heroína y otros opiáceos. También se están estudiando otros medicamentos utilizados en los programas de tratamiento contra la heroína.

Hay muchos tratamientos de la conducta eficaces contra la heroinoamanía. Estos pueden incluir métodos residenciales y ambulatorios. Varias terapéuticas nuevas de la conducta están resultando especialmente prometedoras contra este tipo de adicción.

La terapia de manejo de situaciones imprevistas utiliza un sistema basado en el concepto del vale, donde el paciente gana «puntos» por tener resultados negativos en los análisis que determinan si ha usado drogas, y puede cambiarlos por artículos que fomentan una vida sana. Las intervenciones de la conducta cognoscitiva se han ideado para ayudar a modificar el pensamiento, las esperanzas y los comportamientos del paciente y para aumentar su habilidad de hacerle frente a varios factores causantes de tensión nerviosa en la vida.

Como se usa / Consumo

Se utiliza en programas especiales para el tratamiento de la dependencia a la heroína. Neutraliza la euforia de la heroína y evita la aparición del síndrome de abstinencia.

Inicialmente se suministran a los adictos dosis diarias equivalentes a su consumo de heroína, con el fin de retirar al adicto lentamente de la heroína ilegal inyectable y luego introducir dosis reducidas de metadona por vía oral.

A veces, una retirada completa de la metadona no es posible, y la dosis de mantenimiento puede continuar durante meses o incluso años (Programas de Mantenimiento con Metadona).

Todo programa de tratamiento con metadona debe ir acompañado, para obtener una mayor eficacia y mejores resultados, de psicoterapia o supervisión médica.

Efectos

En la terapia de mantenimiento, con dosis adecuadas, la metadona no causa euforia, no tiene efectos sedantes ni es analgésica. No tiene efectos adversos ni mentales ni físicos.

Reducción de riesgos / Daños

Aunque el uso regular de metadona puede inducir dependencia, se considera que ésta es menos grave que la de la morfina o la heroína, y más fácil de tratar.

La persona inserta en un programa de mantenimiento con metadona puede llevar una vida normal.

No obstante, la metadona tiene efectos secundarios: aturdimiento, mareos, náuseas, vómitos, boca seca o duración.

En casos de abuso pueden aparecer fallos circulatorios y coma profundo y se han dado casos de muerte por fallo respiratorio.